martes, 3 de diciembre de 2013

Madrugada del 23 de julio del 2013

Se me desarma el corazón
y en cada lágrima se desangra
como si fuese lo último que hiciese.
No hay mucho que entender,
la verdad es que cuando se siente
no se puede entender casi nada.
Hay verdades que no por ser reales
son menos dolorosas.
Hay otras verdades que son solo mías,
que quisiera negarlas,
abstraer de ellas el sentimiento
y por piedad a mi misma no sentirlas.
Busqué tanto esto, tanto
y ahora que está...
quizás no estaba preparada para sentir tan fuerte,
quizás tan solo me dejé llevar por un deseo ferviente
de sentirme una vez más viva.
Y sí, el dolor es parte de estar vivo,
se me había olvidado que también era parte del juego.
Como también no recordaba lo que era estar viva.
Odio estarlo.
Esta noche odio estar viva,
no me quiero en existencia.
He vuelto a pensarme sin vivir,
sin existir...
Es una solución saludable para todos
el que yo no esté... nuevamente.
Quizás siempre tuve que vivir enajenada,
sin ser parte de mí.
Quizás el dolor no tenía que cambiar...
quizás yo no debí hacerlo.
Quizás si desaparezco...
a veces un acto de cobardía
es más valiente de lo que se piensa.
Corazón no quiero que latas más,
me dueles mucho.
Corazón, perdóname, sí?
no quería hacerte daño,

nunca quise hacerlo en realidad.

sábado, 5 de octubre de 2013

Baja... sí, baja.

Hay varias cosas que debemos dejar en claro de manera urgente entre nosotros dos; usted, caballero, ha superado las expectativas de absolutamente todo lo que pasa por mi mente en este momento. No se ilusione tanto, que en este momento lo único que tengo en mente es su cama, su mirada, su otras tantas cosas más y algo muy esencial que se presenta en todas las veces que he rasguñado sus sábanas; aquella lengua milagrosa.

Caballero, debo decirle que usted osa a juguetear conmigo, se atreve a interrumpir absolutamente en todo lo que yo sé (o hasta antes de conocerle sabía), sobre lo que se refiera a camas ajenas. Usted, estimado, se ha empeñado en que su cama (con absolutas ganas de no volver a conocer ninguna otra) y todo lo que me hace en ella, sea una total y única necesidad a mis gemidos, a mis deseos más mojados que sus dedos provocan, a todas mis ganas de sentir aquella lengua (ya mencionada como milagrosa) que, usted muy bien sabe, me hace temblar.

Debo decirle que cada vez que su cuerpo, exquisitamente deseable, se mueve sobre el mío, no puedo hacer más que mirarlo a los ojos y expresarle que quiero acabar, pero no quiero que usted deje de moverse exactamente. Desearía que siguiera entre mis piernas lamiendo todo lo que sabe que me prende y digo muy bien; me prende. Usted y yo, al parecer (por todo el tiempo que ha pasado) sabemos algunas otras tantas cosas que, al momento de leer este documento, nos van a provocar efectos deseosos que solo podremos tranquilizarlos (y solo eso porque terminar con ellos es casi imposible) con aquellas bocas que sabemos ocupar con agradable experiencia; adquirida en el tiempo que nos hemos dado en conocernos a cuerpo abierto… yo más abierta que usted y se le agradece aquellas gratas posiciones de sumisión a su persona.
   
Sin embargo, no quiero dejar de lado el tema principal de esta carta; su boca entre mis piernas. Por Dios, caballero, a usted deberían haberle enseñado que no se debe llevar a una mujer (no sé si en este caso sea decente) al descontrol absoluto, al impulso más animal de su existencia, que no le permite pensar si quiera en que hay un pudor que mantener en pie. Eso no se hace, caballero; dejar un cuerpo ajeno, pero no menos suyo, anclado al deseo que su lengua provoca, es algo que, además de solo poder lograrlo aquellos hombres, deja en un éxtasis que, incluso a la más mínima insinuación, el cuerpo (en este caso el mío) se autodisponga al descontrol. El real problema de todo esto, señor, es que no solo lo logra cuando está sobre mí, lo logra en lo que deja como recuerdos en mi mente. Me provoca, me provoca siempre a bajar por su cuerpo y pasea mi lengua en toda su exquisitez y hundirla hasta lo que mi garganta aguante (y cada vez con mayor capacidad), que yo sé muy bien que a usted también le fascina los efectos de mi boca en su pelvis.

Siendo honesta con usted, no le estoy reprochando absolutamente nada, al contrario, ya le he dicho que me encanta lo húmeda (mayormente mojada) que me pone cuando me mira a la cara, mueve su mano en mi entrepierna (o lo que quiera mover en ella, sea suya la libertad) y ejerce un total dominio en lo que puedo conocer como placer, deseo, apetito sexual, orgasmo (que, vaya, que los provoca exquisito) y así. Ejerce un abuso de poder sobre mis senos que no deja de excitarme cada vez que hasta su mirada se posa con ese deseo ferviente que me calienta, y los muerde como aquella comida que no quiere que se acabe. Le informo que mis senos siempre estarán dispuestos a su lengua, mis gemidos a sus oídos y por sobre todo, mi cuerpo a lo que quiera conocer como placer.


Saludos cordiales.

jueves, 26 de septiembre de 2013

Ni una palabra... Nada.

Cada día que pasa, cada noche que logro sobrevivir,
todo se hace más lógico, todo es mucho más desgastador.
Se me aprieta el estómago cada vez que me miro adentro.
Se me aprieta porque el puto miedo me carcome el intestino.
Sé que estoy totalmente cagada,
que una sonrisa no basta,
que un abrazo ya no es suficiente.
Perdí el protagonismo de mi propia vida.
Me subastan mis propios sentimientos,
me venden a la caga' de vida que me queda.
Me subyacen a despertar todos los días
pensando en que, por favor, hoy salga algo, por lo menos, bien.

Nada, ni una palabra. Nada.
puta que odio necesitar huevadas sentimentalistas de comedia romántica.
Odio cada momento que tengo que pensar en mí. Lo odio.
Tengo una repulsión incontrolable a todo lo que siento que me pasa.
Tengo un miserable corazón caníbal que se come a sí mismo
y se desangra solo y se ríe de sí mismo de nuevo.
Otra vez lo mismo.
Su caga' de supervivencia con la que resiste, sigue vivo.
Culpa. Sí, culpa.
Culpa por todo lo que siente, por todo lo que hizo,
por todo lo que se provoca. Por todo lo que no ha olvidado.
Culpa por saber, sentir, pensar, y sobre todo entender
que nadie cree en él. Nadie lo hace.
Y es lógico. Dolorosamente lógico.
Nadie.
Por eso duele, porque conozco todo lo que la provocó,
porque cuando sabes el por qué, duele más. Mucho más.
Culpa.
No entiendo por qué me es tan necesario,
casi trascendental para vivir, el que otro crea en mí.
Nadie lo hace.
Corazón caníbal de mierda.
Culpa.
Una sonrisa no basta, un abrazo no es suficiente.
Caníbal de mierda que me dejas vacíos imposibles de llenar.
Profundos,
Puta, culpa  de mierda.

"Necesito que te quedes"
porque necesito que, por la misma mierda, alguien pueda decirme;
"yo me arriesgo contigo".
Porque está difícil la cosa de vivir.
Sobrevivir.
Pero nadie lo hace.
Ni una palabra... nada.
Nadie lo piensa,.. nada.
Yo quiero olvidar y hago el intento. Olvidar el daño que me hice,
pero, por la mierda, que es difícil cuando se desea algo que no llega.
Por la mierda que es difícil cuando se desea.
Culpa.
Sentada en una silla, una noche cualquiera.
Llorando como de luto, apretando los dientes como si fueran impotencia.
Culpa.
Dejando el corazón en las ahogadas lágrimas
que caen desesperadamente descontroladas
gritando que por favor alguien crea en mi
porque yo no lo hago.
Sola.

Cierro los ojos, aprieto las manos, los labios, toda la cara.
Trago la saliva que tengo en la boca,
agacho la cabeza entre las rodillas y lloro.
Lloro para que nadie escuche y si alguien me mira a los ojos
que no se acerque ni abrazarme.
Porque cuando las lágrimas ni siquiera alivian
lo que por dentro está pasando; ese huracán de pensamientos agobiantes,
los abrazos sobran y no sirven. Realmente no sirven.
Y agachas la cabeza y sigues llorando,
llorando para que nadie escuche, para que nadie nunca vuelva a verte así.
Para que nunca, nadie más pueda mirarte a los ojos y mirarte el alma así de nuevo.
Arrepentimiento.

martes, 16 de julio de 2013

eeeee... No.

Qué hubiese sido de nosotros si no nos hubiésemos conocido.
Qué hubiese sido de ti sin mí, de mí sin ti.
Qué hubiese sido de nosotros si no hubiésemos intentado algo,
Si no hubiésemos ido a ese bar… si no me hubieses mirado.
Qué seríamos ahora tú y yo. No juntos, solo tú y yo.
Un nosotros que intentó hacer como si nunca pasó nada,
Un nosotros que simuló tener algo; lo que sea.
Imagino que un tú sin un yo, no hubiese conocido el miedo… tu miedo.
Un tú sin mí, no hubiese sabido lo que puede dar en la cama.
Un tú sin mí, no sabría que al mirarme a los ojos
Pudo decirme más de lo que tú mismo no podías reconocerte.
Tú no hubieras sabido lo que era hablar con vergüenza,
No sabrías lo que se siente que te busquen,
No te hubieses dado cuenta que tu mayor miedo
Era el compromiso y peor aún, el compromiso en la cama.
Sí, en tu cama… tu cama.
No entenderías que el quedarte callado haces daño… hiciste daño
Que al decir las cosas tarde no hace que alguien vuelva… o que sienta.
No sabrías que alguien en algún momento pensó en ti,
No tendrías ni la menor idea de lo que es jugar y jugar y jugar
Y arriesgarte y escapar, no irte… solo esconderte.
Hablar cuando ya no tienes que hacerlo
y decir algo que ya no es necesario… nadie quiere escucharlo.
Juntos hubiésemos sido los peores; tu un perro y yo un collar.
Un yo sin un tú, no hubiese entendido que esto no era lo que yo quería.
Un mí sin un tú, no se hubiese dado cuenta que mi deseo era mayor,
Que al mirarte a los ojos, tan solo podía pensar en que…
En que eras el bonito con quien cagaba a alguien no bonito.
Un mí sin un tú, no se hubiese dado cuenta que cuando me la juego así,
Osadamente como lo hice, era simplemente porque no lo sentía,
No tenía nada que perder… no duele, solo existe, solo fue.
Yo sin ti, no hubiese deseado algo más,
No entendería que soy capaz de dejar lo que no me llena,
No sabría que sí, yo sí puedo sentir.
Uno sin el otro, no hubiese buscado algo mejor.
Tú sin mí y yo sin ti…
Sin ti yo no tendría lo que ahora puedo contar como mío
Porque no sabría que tú no eras lo que yo esperaba.
Si no hubiese probado tu cama,
No hubiese conocido la diferencia entre tener sexo y hacer el amor…
Ahora hago el amor…
Aun así me fuiste necesario, necesario porque sin ti
No hubiese deseado la felicidad, no la entendería.
Tú en tu camino y yo en el mío.
Siempre fue así, siempre lo quisimos así.
Qué hubiese sido de nosotros si no nos hubiésemos mirado en ese bar…
Es simple, seguiríamos buscando lo que ahora tú no tienes conmigo
Y lo que yo nunca quise contigo.

jueves, 4 de julio de 2013

El día después

Gritaré mi agonía cuando pueda abrir los ojos y saberte en el olvido.
No descansaré hasta verme completamente despierta y sin sentirte.
Fragmentaré cada recuerdo que tenga de ti y lo dejaré en el fondo de este hoyo
Y te dejaré ahí tirado, como lo que nunca fuiste,
Como lo que nunca me hiciste creer de ti,
Como lo que cada día no quería que fueras; un perro,
Un perro maricón; cualquiera que me haga llorar, para mi será un maricón.
Me culparé cada día por todo lo que pase de ahora en adelante
Y dibujaré en mi almohada, todas las noches,
Todo el tiempo que mi cabeza esté derrotada en ella,
Todas las figuras literarias que pude inventar en tu recuerdo.
Mataré cada segundo que respire tu nombre
Los ahogaré en todas las cervezas que pueda tomarme
En todos los días que vengan.
Y moriré a tu lado, como una perra, una bien maricona
Y tomaré tu garganta y ahorcaré tu voz, hasta hacerla inútil, irrecordable.
Plasmaré todas las calles por las que caminamos de la mano
En una hoja de un libro malo y las quemaré, con ellos todo lo que pueda
Hacerme sentir de nuevo todo lo que pude sentir contigo.
Te odio solo porque te amo,
Quiero ahogarte solo porque contigo no respiro.
Rajaré tu sonrisa y la haré un trauma, tan solo porque no sé reír sin ti.
Te atormentaré todo lo que pueda.
Te haré la vida imposible todo lo que pueda,
Simplemente porque decidiste irte,
Simplemente porque sin ti, no sé hacer otra cosa.

domingo, 21 de abril de 2013

Declaración a lo perfecto.

Definitivamente no puedo dominarte, definitivamente cada vez que siento tus manos en mi cuerpo me llega ese fogueo eléctrico debajo de la piel; se llama descontrol. Me provocas tanto como yo puedo desearte, me invades hasta los más eternos pensamientos. Me avergüenzo al saber que cada palabra que puedo plasmar están impregnadas de tus manos, tu boca… tu boca, tu cuerpo completo, tus movimientos, tu mirada; sí, tu mirada a media luz, a luz completa, a luz apagada.

Tiemblo, y sabes que así es. Tiemblo porque me descontrolas y no puedo dejar de pensar en eso. Borras cualquier otras cosa existente cuando quieres sentirme tuya, completamente tuya. Es que lo soy. Exprimes cada gota de mi cuerpo y la fundes en cada gemido que me acusa cuando aprietas mi garganta. Cada recuerdo que me apegue a ti, está desnudo como cuando tocas mis piernas y las rasguñas, cuando me miras en el reflejo y sonríes.  Sabes cómo tocar cada centímetro de mi piel, sabes cómo mirarme, haces que cada orgasmo me nazca, nazca y permanezca. Me haces perder la respiración, incluso cuando no me tapas la boca.

Te respiro y respiro cada sensación que me dejas, es que me gustas tanto. Me tocas apasionadamente y sabes que lo haces excelente. Me tocas y me late el cuerpo entero por sentirte, es que tus labios están tan definidos en mi espalda, en mis hombros, mis pechos y bajando. Me haces sentir tanto más disfrutada que lo que puedo hacerte sentir con todas las palabras que trato de inventarte en tu cuerpo, con mis labios, mi lengua dibujándote lentamente, mirándote fijo y escuchando tu respiración endiablada con la mía.

Nos complementamos bien, tú los has dicho, es que nos dibujamos constantemente en el placer de provocarnos, de tenernos, de manifestarnos como lo que somos, uno solo, perversamente uno solo. Si amarnos es poco cuando nos deseamos, cuánto más será el fundirnos por completo, impregnarnos por completo. Es que cada vez que siento que te mueves, siento que soy tan tuya. Tuya como nunca he sido de alguien no por primera vez que fuera. Te pertenezco tanto como el deseo que puedo provocarte, como el que te ata a besarme, besarme completa. 

sábado, 13 de abril de 2013

Manifiesto a la verdad


Porque esto es lo que sé hacer;
Abrir las piernas y sentir un pene adentro,
Fingir que me gusta y que es el mejor orgasmo;
A todas se nos hace fácil gritar un poquito.
Esto es lo que sé hacer de mí;
Hablar desde la nada, mirar desde la nada,
Contar cualquier cosa desde la nada, desde el vacío.
Esto es lo que sé hacer del mundo;
Mirarlo, solo mirarlo y no vivirlo como parte de mí,
Sólo sé mirar y contestar, mirar y fingir, mirar y ocultar.
Miro, miro todo y pienso cómo hacer para que no parezca real,
Real para mí, real en mí. Para que no me afecte o supuestamente no lo haga.
Esto es lo que sé hacer de mi vida;
Esconderme, existirme sin vivir.
Sí, no sé vivirme, no sé hablarme,
La verdad es que las ideas más estúpidas las tengo yo
Y sé ignorarme, hacer como que no existo,
Como que no me duele, no me afecta,
Hacer como si no sintiera nada de lo que digo, de lo que hago
Nada de lo que un orgasmo puede provocar, nada.
Esto es lo que sé hacer de mí. Sí, esta mediocre imagen,
Esta mediocre persona cobarde sin sentido,
Que no tiene nada más que hacer que negarse a sí misma
Y olvidarse a cada momento que la obligan a sentir algo por alguien
De que ella siente para sí misma y no por los demás.
Es fácil dejar a todos como victimarios.
Pero esto es lo que sé hacer de mí,
Lo que hice de mí, siempre lo he hecho.
Pero… agradezco esta preposición,
No es lo que yo soy.
La verdad es que pienso en quién soy y me da susto,
Pienso en todo lo que en algún momento pude sentir
Y me da miedo hacerlo.
La verdad es que siempre he vivido en el miedo
Pero hoy, pero ahora, pero en este momento,
El puto miedo no es parte de mi vida, es parte de la realidad,
Solo parte del presente que a cada segundo se va terminando.
Esto es lo que sé hacer de mí, pero no lo que soy.
No soy una perra celosa, llena de tabúes.
No soy zorra rompe relaciones,
Aunque muchas veces lo hice.
No soy una puta insensible, busca sexo y aventuras prejuiciosas
Aunque muchas veces viví aquellas noches.
Soy alguien que despierta todos los días pensando en qué será de mí hoy,
Soy de esas personas que se muere con películas mamonas.
No soy una vil fracasada en el amor, no lo soy,
Simplemente nunca viví en él, no hasta ahora.
No sé caminar sola, no sé sentir sola, no sé acabar sola.
El miedo más grande que siempre oculté es al dolor,
Al dolor que se siente el estar solo.
Noches completas pensando en que este día ya terminó,
En que puede que el que viene pasen milagros y ya no me sienta así.
Noches completas despertando a cada rato,
Casi llorando todos los días.
Días completos sin tener hambre y noches completas sin dormir.
Años sin descansar, odiando el segundo en el que debía pensar en mí;
Odiándome. Torturándome. Auntoflagelándome.
Pensaba para extorsionarme
Sentía algo por alguien para romperme el corazón todos los días,
Busqué el fracaso siempre, pensaba en él como mi compañero fiel.
Nunca fui fiel porque nunca sentí fidelidad hacia mí.
Pero esta no es lo que soy, esto es lo que hice de mí.
Pero hoy llegó el momento de que la radicalización es mi lema,
Este es el preciso instante en donde debo cerrar los ojos
Y saber que al despertar todo ha cambiado, porque fui yo la que cambié.
Tengo las ganas de devolver el tiempo y seguir siega,
Pero si no has estado muerto, no sabes lo que significa sentir latir el corazón,
Si no has estado sin respiración meses completos, no sabes lo que es
Reír hasta que no tengas la respiración, nuevamente.
Muchos dicen que siguen su instinto, su corazón,
Pero si no sabes lo que se siente el no tenerlo dentro de sí,
No sabes lo que realmente significa seguirlo.
Esta soy, la que no sabe qué pasará con su vida emocional,
Esta soy, sensible, romántica, muy sensible y muy romántica.
Esta soy, miedosa y con ganas de que no existan las dudas en todo.
Sueño demasiado, me proyecto mucho con las personas de me alrededor.
Pero no puedo evitarlo, las siento tan parte de mí como yo puedo sentirme ahora.
Soy una pequeña crédula de los sueños,
Soy una pequeña crédula de las palabras
Que cae en ellas como si el amor existiera en algún muerto.
No sé si seré lo que puedo esperar de mí,
Pero ahora solo soy, solo existo, solo me vivo.
No puedo pedir menos, ni pedir más de la nada,
Solo puedo seguir viviendo cada día como si fuera,
Como si existiera todo de nuevo, otra vez.
Vivir cada momento como el primero después de muchos años
Sin ver nada de lo que me rodea, que por cierto
Agradezco que no todo sea bello.
Pero esta soy, esta no sé si seré,
Esta nunca fui.
Así de simple.

martes, 2 de abril de 2013

Otra vez

Pareciera que no existe nada,
pero todos sabemos que no es así.
Es ese vacío que se respira
cuando cierro los ojos, intentando reposar...
Hoy las miradas calan más profundo
que una lanza con veneno.
No sé si me duele el pecho,
pero algo me duele.
No sé si me duele el alma,
creo que eso es mucho más cercano
a todo lo que pueda pasar.
Me fui... me he vuelto a enajenar de mi,
me perdí en las calles... otra vez,
otra noche, otros besos... otros abrazos.
Me perdí nuevamente en mis ojos
y no sé si realmente pueda volver a abrirlos...
otra vez.
He vuelto a esconderme.
Intento ser realista conmigo misma,
pero la verdad es que parece autoflagelo.
No he dejado de sentir,
la verdad es que siento más que antes,
pero sentir estos nudos en la garganta,
mata... realmente lo hace.
Quiero cambiar el tiempo?
No, la verdad es que quiero cambiarme a mi.
Creí que lo hacía bien,
pero la verdad no es la misma para los demás.
Creí que todo podría ser mejor,
pero no existo realmente
para ser valorada como algo confiable.
Siento que tengo tanto corazón que me duele el pecho.
Siento que tengo tanto que decir,
pero no tengo oídos.
Siento que hay una esperanza que me mantiene,
pero no quiero estar sola, no en esto.
No ahora que siento tanto.

lunes, 25 de marzo de 2013

Masoquismo

Si supiera cómo tenerte... no, si supiera qué sentir contigo
no tendría ninguna duda sobre mi.
Quizás sabría cómo sobrellevarme, 
pero la supervivencia no es parte de mi personaje, no contigo.
Realmente solo quiero desgarrarme pedazo a pedazo,
momento tras momento, desgarrarme hasta llorar
tirada en el piso, recorriendo mis manos apretadas.
Comprendería todas tus palabras si yo misma fuera capaz
de apropiarme de cada segundo en las que piensas en decirlas,
pero creo que no podría recibirlas 
sin odiar el caos que me provocan,
sin ensangrentarlas a cada letra que osas a empuñar en tu boca.
Estoy amarrada, condenada, atabiada a escucharte 
y con eso masturbar mi corazón hasta terminar temblando de miedo,
sin conocer cuál de todos los orgasmos me condenan
a escribirte en cada verso, palabra, oración que acurruco en mi mente,
intentando menguar todas esta cosa mezclada que siento.
Quisiera poder decirte que solo te amo, pero no puedo.
Intentaría solo sentir que te pertenezco,
y aunque así fuese (porque así es)
ya no me puedo permitir no ponerle un poco de miedo
a todo lo que tenemos, a lo que aún no concretamos,
a lo que ya sentimos y vamos sintiendo.
Me hice amante de la tortura,
me hice cómplice de soñar y no estoy diciendo que no me agrade,
simplemente trato de explicarme a mi misma cómo de tanto estar sola,
me apiado de las curvas cicatrices de mi vida.
Solo me compadezco del insensible corazón que me he creado
y me intento persuadir con palabras vanas al fin y al cabo,
que ya no debo estar sola, no, ya no quiero estarlo.
Sé que todo no es más confuso que mi propia existencia,
pero ya me es total necesidad afectar esta realidad 
y condenarla por escrito.

viernes, 22 de febrero de 2013

Para hacerlo con amor

Quiero regalarte mis orgasmos,
todos los que me provoques de aquí en adelante.
Quiero hacerte acabar conmigo,
quiero que no quieras salirte nunca de mi.
Quiero que me aprietes a tu piel,
que me hables al oído,
que me provoques con tu respiración en mi espalda.
Tengo ganas de colmarte de placer,
de hacerte sentir tan deseable.
Tengo ganas de que me mires a los ojos y digas "uff".
Quiero que me quites la respiración,
que te la comas completa,
que me comas completa.
Te haré sentir que eres el único que me hace sentir así.
Te haré saber que todo lo que hagas
es lo que siempre he querido.
Sé que tienes algo bueno
y no solo debajo del boxer.
Quiero que sepas que recibo tus ganas
que ansío tu placer, tu cuerpo.
Que me pones tan nerviosa cuando me deseas,
que me tocas y me prendes.
Soy tu mujer porque tú eres un hombre de verdad.
Te deseo tanto que ya no quiero controlarme.
Sabrás cada vez que te tenga entre mis piernas
y sobre ellas, que eres todo lo que quiero
para todo o que tengo de cuerpo y vida.
Te deseo, así de simple,
con tantas ganas que no dudaré
nunca que si lo hago es porque
todo empezó en el corazón primero.

jueves, 24 de enero de 2013

De nosotros con tragos

Se respira el silencio y en él todas mis ganas de besarte.
Miro el aire y está tan tenso, lleno de pensamientos
anudados en mi garganta.
Tengo tantas ganas de abrazarte,
tantas que me duele el cuerpo.
Tengo tantos deseos de tocarte los labios,
tantos que mi voz se acobarda.

Quiero respirarte, tenerte, mirarte a los putos ojos y saber
que tus cobardes palabras no te ahoguen en la misma
noche que estoy teniendo ahora,
Tan solo puedo atreverme a pedir una cosa más;
mírame y, por favor, miénteme, en serio , hazlo,
intenta por lo menos abrazarme y mentirme,
para ver si yo puedo hacer lo mismo conmigo una vez más.
Miénteme por lo menos para que cuando vuelvas
a pararte en frente de mi, el corazón no se detenga
y con una sonrisa explote.

Intenta a lo menos no mentirte,
trata que yo no sea el reflejo de tu silencio.
Haz que tus ojos también me mientan, por favor,
porque no quiero hacer de mis actos tu cobardía,
por lo menos con una mentira pareciera ser verdad todo lo que dices
y todo lo que no te atreves a decir, mucho menos a hacer.

Tú y yo sabemos lo que pasa cuando callamos,
tú y yo sabemos cuando lo que está adentro
grita en silencio, llora con tontas sonrisas,
finge que acá no pasa nada.
Lo más deprimente es que por muy dentro que esté,
todos ven, todos saben lo que pasa, menos tú y yo.

No puedo dejar de creer que somos tan solo
lo que un trago puede hacer, lamentablemente
somos el resultado de no pensar, tristemente no pensar.
Somos un impulso constante, sentimos por medio
de un impulso casual de desaparecernos en un cuerpo ajeno,
Pero sigamos mintiendo, sigamos jugando a la ruleta rusa
de las mentiras, entre más vueltas, más palabras
hasta encontrar la que te quite el aliento.
Realmente lo quite.

Déjame sonreírte para fingir que nada pasa,
déjame mirarte a los ojos y demostrarte
que realmente no pasa algo.
Quizás por eso siempre pareció que no era sincera
o quizás tanta sinceridad se mal interpreta.
Quizás tengo que evitar que mis ojos te hablen tanto,
pero es que con los tuyos yo... me derrito.

Pero sigamos en el juego de que aquí no pasa nada
sabemos que es el camino más complejo, difícil,
desahuciante, torpe, idiota que podemos tomar,
pero según tú y según yo, es lo más práctico,
lo más cómodo, lo más insensible, cobarde, inutil,
hipócrita que podamos decidir, los dos lo sabemos.

Olvidémonos de esta noche, o de esa noche aquella,
caminemos juntos por la mañana, conversemos normalmente,
evitemos las miradas y al final del recorrido del metro
en común que podamos tener,
un cínico beso en la mejilla, un gustazo y adiós.