domingo, 1 de julio de 2012

A tu miserable pinta

Me duele, me duele como si el corazón fuera mío.
Me desgarra, me desgarra como si la piel fuera mía.
Tropiezo mis pensamientos intentando comprender
la enajenación de las palabras lógicas
que antes podía confeccionar cada vez que despertaba.
Pero ya no puedo,
no deja de estar oscuro cuando abro los ojos
y la madera quemante sigue dando quehacer
a mi mente colapsada,
mojada de lágrimas cerveceras.
Me quiebro, me quiebra el odio,
la sequedad me atora la garganta
con verdades que no soporto.
Quiero dejar de morder el polvo de tus ojos resentidos,
adoloridos de mentir tanto,
mediocres de tanto mirarme las mentiras
que me obligaste a vivir,
que me obligaste a decirte
cuando me desgarraba besándote, mintiéndote nuevamente.
Se me aturden las manos sintiendo algo que no es mío,
se me aturden porque escribo mierdas por tu culpa.
Te odio y no me avergüenzo de sentirlo,
no lo hago porque es mucho más honorable
que extrañar tus putas sonrisas,
tus putas mentiras, tus mediocres verdades.

miércoles, 9 de mayo de 2012

Destrozante

Quisiera describirte en el recuerdo 
de mi lengua absorbiéndote el aliento,
pero no puedo. No puedo porque 
me voy entre tus manos colapsadas
de sabores fuertes, ácidos.
Si tan solo pudiera calcar
mi descontrol entre tus piernas,
tendría que moverme cada vez 
que te recuerdo mojándome los labios.
Quiero comerte la piel desgarradamente, 
desbordantes caricias grotescas 
que me cogen el placer 
de montarte en la noche fogosa.
Dame tu deseo, dámelo y cómeme,
abrázame y destrózame a besos.
Muérdeme la desnudez,
menea tu descontrol en mi espalda,
ensúciame los oídos
con palabras mojadas, excitantes.
Saborea a esta mojada mujer,
bizarra mujer, ardiente mujer.
Saboréame y sublímame en tu pelvis,
elévame rasguñando las paredes,
empañando ventanas.
Sabes que me motiva 
terminar tembando y bailándote 
entre las piernas.
Regálale a mis manos tu espalda,
déjame morderte y acabar 
amarrada a tus manos. 
Acábame.