lunes, 25 de marzo de 2013

Masoquismo

Si supiera cómo tenerte... no, si supiera qué sentir contigo
no tendría ninguna duda sobre mi.
Quizás sabría cómo sobrellevarme, 
pero la supervivencia no es parte de mi personaje, no contigo.
Realmente solo quiero desgarrarme pedazo a pedazo,
momento tras momento, desgarrarme hasta llorar
tirada en el piso, recorriendo mis manos apretadas.
Comprendería todas tus palabras si yo misma fuera capaz
de apropiarme de cada segundo en las que piensas en decirlas,
pero creo que no podría recibirlas 
sin odiar el caos que me provocan,
sin ensangrentarlas a cada letra que osas a empuñar en tu boca.
Estoy amarrada, condenada, atabiada a escucharte 
y con eso masturbar mi corazón hasta terminar temblando de miedo,
sin conocer cuál de todos los orgasmos me condenan
a escribirte en cada verso, palabra, oración que acurruco en mi mente,
intentando menguar todas esta cosa mezclada que siento.
Quisiera poder decirte que solo te amo, pero no puedo.
Intentaría solo sentir que te pertenezco,
y aunque así fuese (porque así es)
ya no me puedo permitir no ponerle un poco de miedo
a todo lo que tenemos, a lo que aún no concretamos,
a lo que ya sentimos y vamos sintiendo.
Me hice amante de la tortura,
me hice cómplice de soñar y no estoy diciendo que no me agrade,
simplemente trato de explicarme a mi misma cómo de tanto estar sola,
me apiado de las curvas cicatrices de mi vida.
Solo me compadezco del insensible corazón que me he creado
y me intento persuadir con palabras vanas al fin y al cabo,
que ya no debo estar sola, no, ya no quiero estarlo.
Sé que todo no es más confuso que mi propia existencia,
pero ya me es total necesidad afectar esta realidad 
y condenarla por escrito.

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