de mi lengua absorbiéndote el aliento,
pero no puedo. No puedo porque
me voy entre tus manos colapsadas
de sabores fuertes, ácidos.
Si tan solo pudiera calcar
mi descontrol entre tus piernas,
tendría que moverme cada vez
que te recuerdo mojándome los labios.
Quiero comerte la piel desgarradamente,
desbordantes caricias grotescas
que me cogen el placer
de montarte en la noche fogosa.
Dame tu deseo, dámelo y cómeme,
abrázame y destrózame a besos.
Muérdeme la desnudez,
menea tu descontrol en mi espalda,
ensúciame los oídos
con palabras mojadas, excitantes.
Saborea a esta mojada mujer,
bizarra mujer, ardiente mujer.
Saboréame y sublímame en tu pelvis,
elévame rasguñando las paredes,
empañando ventanas.
Sabes que me motiva
terminar tembando y bailándote
entre las piernas.
Regálale a mis manos tu espalda,
déjame morderte y acabar
amarrada a tus manos.
Acábame.
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