jueves, 30 de junio de 2011

Pudorosa.

Te presto mi cuerpo cuando sea necesario,
te presto mis manos cuando quieras usarlas.
Me muevo cuando quieras y como quieras.
Puedo prestarte mis sonrisas,
te paso mis orgasmos cuando quieras escucharlos.
Si quieres camíname a la cocina
y lúcete como el hombre que crees que eres.
Muévete sin parar si quieres,
detenme la respiración, tápame la boca,
dibújame el cuerpo con la boca
cuando pienses que es lo que quiero que hagas.
Pero ahora déjame a mí hablar,
quizás con el cuerpo, quizás con palabras,
quizás con lo que nunca me hiciste sentir.
Déjame arrancarte la cara con la puta
que me quieres convertir.
No vuelvas a pensar en mi, no soy de esas.
No me pidas en tu cama nuevamente,
soy feliz en sábanas desconocidas
y las tuyas ya las dejamos muy calientes
para quererlas abrigándome los pies, ahora.
No me transformes en el recuerdo
de una mujer que no soy.
Me siento más mujer cuando tengo algo más que tocar
o simplemente el sudor del otro que comerme con la piel.
Cuando termines y ensucies mis entrañas,
toma tu camisa y ciérrame, destápame la boca,
cree que ya puedes respirar terminando dentro.
cierra la puerta y no vuelvas,
simplemente no vuelvas,
no porque yo te lo pida, sino por tu honor no lo hagas.
Simple y rápido como todo lo que haces.

No hay comentarios:

Publicar un comentario